Un Duende del Bosque

Hola a tod@s, hoy os mostraré algunas imágenes del Pico Picapinos (Dendrocopos major). De los normalmente conocidos como pájaros carpinteros, probablemente el Picapinos sea el que posee el  plumaje más llamativo y el que reconocerlo e identificarlo sea más fácil cuando está posado contra el tronco de un árbol.

El macho adulto tiene las partes superiores negras con la frente amarillenta, la nuca roja y la parte superior de la cabeza o píleo de color negro. La cara, la garganta y un parche pequeño a los lados del cuello son blancos, aunque también pueden ser de color ocre.

Macho adulto de Pico Picapinos



Hembra adulta de Pico Picapinos

Las hembras no tienen la mancha roja en la nuca y el resto del plumaje es igual. Los jóvenes tienen todo el píleo de color rojo formado por las puntas rojas de las plumas. La mancha o banda estrecha negra que nace en la base del pico es discontinua y normalmente está punteada de blanco, mientras que las partes inferiores son más pálidas que en los adultos.

Juvenil de Pico Picapinos

El pico es gris plomo algo más pálido en la base y las patas y pies grises o gris verdoso. El iris de los ojos es rojo en los adultos y pardo en los jóvenes.

Este es un pájaro típico de toda clase de bosques, desde los hayedos, robledales, encinares y alcornocales hasta el pinar de alta montaña y se encuentra hasta los 2.000 metros de altura.

El pico picapinos sube por los árboles apoyado en su cola corta y sujetándose con las uñas a la corteza, para tal acción se ayuda de la especial disposición de sus "dedos": dos hacia adelante y dos hacia atrás, se dice que son Zigodáctilos. Sube bien verticalmente y también se mueve hacia los lados, y los he visto descender de espaldas. Normalmente el movimiento sobre la corteza de los árboles tiene como finalidad la búsqueda de alimento, por lo que continuamente va martilleando la corteza con el pico en busca de insectos y larvas que están bajo la corteza, este martilleo lo hace con mucha rapidez y en intervalos cortos de tiempo (hasta doce martilleos por segundo).

Además este martilleo o tamborileo, le gusta hacerlo en su árbol preferido. También sorbe la savia que brota de las “heridas” que provoca en el árbol en su continua búsqueda de alimento.

Normalmente el pico picapinos es una especie sedentaria pero también le gusta campear por el bosque alejándose algo de su hábitat y siempre fuera de la época de la cría, aunque como tiene especial preferencia por su árbol de “tamborileo” siempre acaba volviendo a su zona.

Juvenil y detalle de la forma posición de la cola que le sirve como apoyo



Una muestra de su habilidad para escalar

Anida en el interior de un agujero que macho y hembra excavan en el tronco de un árbol, este árbol será de una especia u otra, según la zona donde vivan. A veces no hacen un nuevo agujero, sino que ocupan uno viejo de ellos mismos o de otra especie.

Es un auténtico duende del bosque, es más fácil oírlo que verlo, y hay quien dice que si lo oyes en el bosque y el sonido es muy lejano, es que va a llover, aunque sobre esto tendré que buscar más información. De momento me contento con haberlos oído y con haberlos podido fotografiar, aunque esto último ha sido un auténtico reto para mi, no sólo por la dificultad de verlos, también porque al vivir normalmente en la espesura del bosque, la luz en esta zona siempre es poca y me ha obligado a utilizar unos parámetros bastante extremos, sobre todo de ISO, aunque prefiero esto al uso del flash, todo sea por no molestarlos.

Un saludo desde Girona,

Mario Cobler

Pájaro de Barro

Todos los que me conocen saben que me encanta la Naturaleza y la fotografía, y lógicamente me gusta la fotografía de Naturaleza, sobre todo de Aves y en especial me gusta fotografiar rapaces (bueno casi siempre intentarlo, conseguirlo es más difícil).

Ya sé que parece raro que un niño de 13 años tenga estas aficiones (algo de culpa tienen mis padres), pero qué le voy a hacer. Prefiero pegarme un buen madrugón, cargar con el equipo durante un buen rato caminando por el monte y pasar el día esperando el momento de apretar el disparador de la cámara a hacer otras cosas más habituales en una persona de mi edad.

De todas las aves, sin ninguna duda la que más me gusta es el Quebrantahuesos, el Pájaro de Barro, no sé si le llaman así por lo amenazado y en peligro que está o por esa costumbre suya de “maquillarse” el plumaje con aguas ferruginosas y obtener ese bonito color anaranjado.

Hará unos cinco años que pude ver por primera vez el vuelo de uno de ellos y hará unos tres años que pude fotografiarlos por primera vez, estoy seguro que esa primera imagen será un recuerdo que tendré siempre en mi mente (y por suerte en el disco duro del ordenador).

Intentamos ir a verlos un par de veces al año y hasta ahora, siempre los hemos visto, a veces en vuelo a mucha distancia y a veces a muy poca, regalándonos uno de esos vuelos tranquilos de “reconocimiento”, como con curiosidad y preguntándose “¿Quién es ese que pone cara de alucinado cuando me ve volar?”. Pues está claro, ese que pone cara de alucinado soy yo, cuanto más los veo, mas me impresionan y más me gustan (sé que esto también les pasa a otras personas).

Por suerte y gracias al esfuerzo de muchas personas, su población se está recuperando y cada día es más fácil disfrutar del vuelo de estos veleros, que vuelan con la fuerza de una real y la habilidad de un gavilán.

Todas las fotografías están hechas en Huesca, en la zona de Escuaín, Revilla y el Gurrundué, donde vale la pena subir, es duro pero la vista es espectacular.

Espero que disfruteis de estas imágenes tanto como yo he disfrutado haciéndolas. Gracias y

Un saludo desde Girona

Mario Cobler