Hola de nuevo, después de mucho tiempo vuelvo a conectarme y actualizar el Blog. Desde hace unos meses que he estado muy ocupado con los estudios y no he tenido tiempo ni de tocar la cámara. Ahora que me he puesto al día en algunas cosas, tengo algo de tiempo libre para la fotografía y he podido permitirme el lujo de salir al campo.
Estos días he estado por Els Aigüamolls de l’Empordà y he tenido la suerte de observar nuevas especies que ya intentaré fotografiar y bloguear más adelante (Zampullín Cuellinegro, Porrón Moñudo, Garceta Grande, Somormujo Lavanco……).
Para volver al blog he decidido publicar una serie de un ave espectacular: El Aguila pescadora. Es espectacular en todos los sentidos, tanto por su belleza y elegancia como por su habilidad y destreza en el aire.
Os recomiendo hacer click sobre las imágenes para verlas mejor.
El águila pescadora (Pandion haliaetus) es un águila de tamaño medio, la parte superior es de color castaño oscuro y la inferior blanca, con algunas manchas de color oscuro. Como si fuese un antifaz, tiene una máscara oscura a los lados de la cabeza que le da una imagen muy característica, este antifaz rodea unos preciosos ojos amarillos, otro detalle de su cabeza son las plumas alargadas en la nuca que forman una cresta y que eriza con frecuencia.
La cola es larga y estrecha, mientras que las alas también son largas, estrechas y angulosas, su silueta es inconfundible, tanto en vuelo como posada.
Los adultos se diferencian de los juveniles en que éstos presentan motas claras en la parte superior de su plumaje y, en general, por tener un tono más pálido. Los machos adultos se distinguen de las hembras por el cuerpo más delgado y las alas más estrechas, en pareja es fácil diferenciarlos, no tanto en ejemplares aislados.
Se trata de una de las rapaces con mayor distribución mundial. Las poblaciones del norte son migratorias, mientras que las más meridionales tienden a ser sedentarias.
En las largas migraciones las aves adultas cruzan el Mar y las más jóvenes siguen la costa, en este caso la distancia recorrida es mayor, pero el ave puede descansar.
Se trata de un ave bien adaptada a la pesca, tiene unas fuertes patas con escamas que le facilitan la sujeción de la presa y las uñas son largas y curvadas.
Planea por encima de la superficie del agua, a cierta altura tratando de localizar a sus presas desde el aire, cuando la ha localizado suele hacer un quiebro y se lanza en picado con las patas por delante, sumergiéndose en el agua para capturar el pez. Cuando sale del agua, coloca la cabeza del pez de frente, así disminuye el rozamiento del aire y tiene un mejor control del vuelo (a mí me da la sensación que está surfeando). He observado que cuando ha pescado y antes de dirigirse a su comedero, suele hacer un par de pases por la misma zona en la que ha capturado el pez, no sé porque lo hace, pero siempre me ha parecido curioso este comportamiento.
Las escamas de las patas y las uñas son tan eficaces, que en algunas ocasiones el águila no puede soltar un pez demasiado pesado y por tanto no puede alzar el vuelo, entonces puede llegar a ahogarse en el agua o con suerte, nadar hasta la orilla.
El águila pescadora construye su nido en plataformas, normalmente utilizan el mismo nido todos los años y mantienen la pareja para toda la vida.
El cortejo tiene lugar durante el mes de mayo y consiste en una serie de acrobacias subiendo a mucha altura y lanzándose en picado al suelo.
Depende de la edad que tenga la hembra, pondrá dos o tres huevos, que nacerán aproximadamente al cabo de cinco semanas. Los huevos son blancos, con abundantes manchas oscuras, del tamaño aproximado de un huevo de gallina.
La incubación la realiza la hembra, mientras que el macho aporta comida a ésta y a los polluelos, que dejarán el nido pasados unos 55 días. En libertad un águila pescadora puede vivir hasta 25 años.
Llevo observando el ejemplar que aquí os muestro desde septiembre de 2007 y la verdad es que siempre me ha dado bastantes alegrías. Llega más o menos a nuestra zona en el mes de Septiembre y se queda hasta bien entrado Abril, aquí está tranquilo y tiene abundancia de pesca y espero que en algunos de sus retornos vuelva acompañado y sean el principio de una población estable.
Hice estas fotografías el pasado 02 de Enero, las primeras del año y las primeras en casi cuatro meses y muestran a nuestra compañera en un momento que requiere muchísimo esfuerzo y habilidad o por lo menos así lo creo, no debe ser nada fácil salir del agua con un pez de este tamaño. La capté en una serie completa desde el momento después de entrar en el agua, evité captar el vuelo previo, el quiebro y la entrada (lo intentaré en otra ocasión), normalmente esto último pasa muy rápido y es difícil, al menos para mí, predecir cuando y donde va a entrar en el agua, además la entrada en este elemento se produce con tanta fuerza que levanta tal cantidad de agua que vuelven literalmente loco el AutoFoco de la cámara, que ya es bastante loco en las CANON.
La he fotografiado y visto pescar muchas veces, pero nunca había pescado tan cerca nuestro y creo que lo hizo para reprocharme que hacía mucho tiempo que no había ido a verla y para hacerme ver todo lo que me había perdido en este tiempo, así que creo que ésta es una buena razón para volver a coger la cámara, aunque sea la de mi padre, que la mía sigue sin funcionar.
Un saludo desde Girona
Mario Cobler Blanco