Hola a tod@s, desde hace tiempo
había oído hablar de las Islas Farne y había visto fotos hechas en ese lugar,
por lo que me planteé que en un futuro podría ser un buen destino fotográfico.
Llevaba tiempo intentando convencer a mis padres y al final un encuentro casual
con Iñaki Relanzón y Manel Subirats en Revilla me ayudó a
convencerlos. A ambos les doy las gracias
por los consejos y ayuda en la organización del viaje y en especial a Manel Subirats que al vivir en
nuestra misma ciudad, hemos tenido más contacto con él y hemos molestado un
poco más.
Podéis pulsar en las imágenes para verlas a mayor tamaño
Teníamos prevista la salida para el día 02 de
Julio, justo después de los exámenes finales. La espera hasta el día de salida fue muy intensa y
larga, por suerte a medida que iban pasando los días me iba alegrando cada vez
más.
Cogimos un vuelo desde Barcelona
hasta Newcastle. En el Aeropuerto, las horas hasta la salida del avión se
hacían eternas, pero la cara me cambió de repente cuando sonó una voz por los
altavoces diciendo que ya podíamos embarcar. Ya en el avión, nervioso y a la
vez contento, me conseguí relajar y disfrutar del viaje. Sobre la una de la
tarde aterrizamos en el aeropuerto de Newcastle, donde cogimos un coche de
alquiler. Tras una hora de viaje, por
supuesto acompañados por la abundante lluvia inglesa llegamos a Seahouses,
bonita ciudad costera y punto de partida de las salidas hacia las Islas. Ya por la tarde, después de
instalarnos en la casa, bajamos al puerto y me llevé una gran sorpresa, había
eiders por toda la playa!!!!!!.
Me fui corriendo hacia la casa,
cogí el equipo y me fui otra vez hacía donde estaban los eiders, eso sí, con
poca luz y con una fina lluvia cayendo, pero no podía resistirme a hacer mis
primeras fotos a los eiders (ejemplares jóvenes) y mis primeras fotos en
Seahouses. Al llegar me di cuenta de que venían todos hacia mí, y pensé: "madre mía este es mi fin!!",
por lo visto están acostumbrados a la gente y a que les den algo de comer y en
cuanto ven personas, corren a por la comida. Como no llevaba nada de comer,
debieron pensar que yo no era interesante y enseguida se marcharon. De todas
formas intentaría fotografiarlos en otra ocasión.
A la mañana siguiente, nos levantamos a las
5:30 de la mañana y salimos con la intención de hacer fotografía del amanecer en
la playa, no pudimos hacer ninguna foto: una espesa niebla lo envolvía todo y
eso ocurriría todas las mañanas. La niebla por suerte desaparecía durante la
mañana y dejaban paso a unas nubes que siempre amenazaban con lluvia. Uno de
los consejos que nos dieron Manuel e Iñaki, fue que saliésemos a fotografiar,
hiciese el tiempo que hiciese, que el tiempo allí era muy cambiante y que en
cualquier momento podía salir el sol. Así que perfectamente equipados con ropa
impermeable, nos dirigimos hacia el puerto a coger una de las embarcaciones que
nos llevarían a las Islas Farne.
Las islas Farne son un grupo
de pequeñas islas costeras del mar del Norte,
situadas en la costa oriental de Inglaterra,
en las costas de Seahouses (Northumberland).
Existen de 15 a 20 o más islas dependiendo de la altura de la marea. Están dispersas a unos 2,5-7,5 km de distancia
de la costa inglesa, divididas en dos grupos, el Grupo Interior y el Grupo
Exterior. La principal en el Grupo
Interior es Inner Farne; la principal del Grupo Exterior es la isla Staple. Los dos
grupos están separados por el estrecho Staple. Sólo estas dos islas se pueden
visitar y todas ellas forman una reserva de vida silvestre de enorme valor.
Hay varias compañías que hacen esa ruta y
ofrecen diferentes salidas, nosotros nos decidimos por una que ofrece una
excursión llamada “All day bird watching”, que nos pareció que era la más
completa, pues además de un pequeño tour por las Islas y observar a las
colonias de focas grises, incluye dos desembarcos en las dos islas principales,
la Staple y la Inner Farne, cada uno de ellos de más o menos dos horas de
duración (tiempo suficiente para llenar bastantes gigas de tarjetas). A las
9:30 de la mañana nos subimos al barco, fuimos primero a ver la Focas Grises,
pero había mucha niebla y no les pude hacer muchas fotos.
Después nos enseñaron las islas
Staple Island y la Inner Farne, donde ya había mucha actividad de aves y donde
quería ansiosamente desembarcar. Primero bajamos en la Staple Island, en la que
estuvimos dos horas. Allí pude fotografiar de todo, pero sobretodo, con lo que
llené más las tarjetas fue con los frailecillos, no paraban de posar, hacer
entradas y salidas, venir con peces y interactuar entre ellos, se muestran muy
confiados y se acercan con facilidad. No podía quitar ni la vista ni la cámara
a estas aves. También hice fotos a los cormoranes moñudos con sus crías, a las
gaviotas tridáctilas que también estaban criando y a una pareja de fulmar
boreal que solo me dio tiempo a hacerle dos fotos, ya que el barco salía y no
quería hacer esperar al pasaje.
Antes de desembarcar en la Inner
Farne nos advirtieron de que nos protegiésemos las cabezas pero no dijo el
porqué (Nosotros ya lo sabíamos, gracias Manel¡¡¡). Así que me puse el gorro
por si acaso y efectivamente: nos las teníamos que proteger!!! Nada más
desembarcar, nos empezaron a venir algunos ejemplares de charran ártico que
parecían muy enfadados con nosotros y con el propósito de advertirnos de quien
mandaba allí. Más tarde me di cuenta de que atacaban a las personas para que no
se acercasen a sus nidos, pues anidan justo en los bordes del camino que te
lleva hacia el interior de la isla. La verdad es que es todo un espectáculo,
una nube de charranes volando, gritando y picoteando las cabezas de los
excursionistas.
Allí fue menos intenso que en la
Staple, pero también pude fotografiar algunas aves que allí no había podido
hacer, como por ejemplo alcas y araos. Sobre las 16:30 llegamos al puerto de
Seahouses y me fui a probar suerte con los eiders, por supuesto vinieron y esta
vez además de las hembras y crías, había un macho joven.
El día siguiente amaneció peor,
con lluvia bastante intensa y un mar revuelto, por lo que decidimos cambiar la
excursión e ir solo a la Isla Staple (para mí, la mejor isla). Seguí haciendo
fotos a los frailecillos, pero esta vez con mejor luz y los combiné con gaviota
tridáctila (que escandalosas que son¡¡¡) y con una única y tímida pareja de
fulmar boreal.
Al día siguiente y ya triste porque era el último día de nuestra
estancia, me decidí dejar a un lado los frailecillos y centrarme más en otras
aves que hasta ahora las tenía un poco olvidadas. Hicimos la excursión del primer día, ya que
era más provechosa (4 horas de fotografía), pero me resultó imposible no
fotografiar a los frailecillos y decidí hacer una cosa, como ya los tenía
posados, pues intenté hacerlos en vuelo, aprovechando además que fue el único
día que apareció el sol. Empecé muy contento e ilusionado, a ver si me salía alguna
foto bien de vuelo. Me situé con el sol detrás e intenté fotografiarlos en
vuelo cuando pasaban delante de mí. Acabé con el autoestima por el suelo, ni
una en foco.
Mi padre me aconsejó cambiar de estrategia y esperarlos y
enfocarlos cuando venían de frente y también me cambió de lugar, a un sitio un
poco más elevado en el que los distinguía a distancia cuando entraban desde el
mar. Así que me planté allí y me propuse sacar algún vuelo antes de irme. Como
veía que con el trípode era imposible de seguir a los frailecillos, decidí
arriesgar mi muñeca a una fractura y me puse con el 500mm a hacer fotos en
vuelo a pulso de los frailecillos, fue una maniobra arriesgada pero creo que me
dio buen resultado. De vuelta a Seahouses, por supuesto visita obligada a los
eiders, para despedirme y hacerles alguna que otra foto y a preparar las
maletas para la vuelta.
Han sido unas vacaciones cortas
pero muy intensas, en las que he podido fotografiar verdaderas preciosidades y
sobre todo he podido disfrutar de su comportamiento, de la confianza de los
frailecillos, de la timidez de los fulmares, del escándalo de las tridáctilas y
de los divertidos ataques de los charranes.
La vuelta no fue tan divertida,
pero el recuerdo de esos momentos y las muchas fotos que he traído, seguro que
me animan hasta la próxima vez.
Espero que os gusten las fotos
tanto como a mí.
Un saludo desde Girona
Mario Cobler Blanco